Los desatinos de sánchez
Este año se celebra el cuarto centenario de la muerte de Cervantes, autor de la más excelsa obra de la literatura española: “El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha”. La locura del protagonista de tan insigne novela me lleva a compararla con la que día a día demuestra el máximo responsable de los socialistas españoles, salvando las distancias que hay entre uno y otro, la de uno por su gran ingenio y la del otro por su patética actuación.
El líder socialista y su equipo más cercano ejercen un férreo e irresponsable bloqueo político sin ofrecer alternativa alguna. No quieren un Gobierno del Partido Popular (¡¡¡habiendo ganado holgadamente las elecciones!!!) y aunque dicen que tampoco quieren la celebración de unos nuevos comicios, están preparando el camino para forzarlos, lo que demuestra un grado de inmadurez y desatino político realmente preocupantes porque, a sabiendas del daño que ya estamos empezando a padecer España y los españoles, siguen en su postura rocosa de no, no y no. Parecen estar ya en campaña, quieren elecciones sin tener en cuenta los intereses de los españoles y están propiciando bronca y enredo político de cara a esas posibles elecciones nada buenas para nuestro país.
Nunca han sido capaces los socialistas de justificar mínimamente, con argumentos medianamente sólidos, la negativa a la oferta hecha por Mariano Rajoy de un gran acuerdo político para posibilitar la gobernabilidad de España. Gran acuerdo que aglutinaría a las fuerzas constitucionalistas con amplísima mayoría en Congreso y Senado y a través del cual se podrían acometer los grandes temas que preocupan a los españoles y llevar a cabo las reformas que España necesita, preservando su unidad como clave fundamental. Paro, pensiones, educación, energía, violencia de género, ciencia y tecnología, igualdad, etc.
Es imprescindible que la legislatura eche a andar, que el Gobierno se forme y pueda actuar con pleno ejercicio de sus competencias, porque la ausencia del mismo durante tantos meses nos está conduciendo a una ralentización de la inversión privada, consecuencia de la lógica incertidumbre, con el peligro que ello conlleva si se tiene en cuenta que es el impulsor del crecimiento económico. Los frutos obtenidos hasta ahora no deben verse afectados negativamente y puedan hacerse reversibles los esfuerzos y sacrificios de los españoles, porque ahondarían los desequilibrios que se estaban corrigiendo. Hay datos que apuntan a un empeoramiento de la economía en general y a un deterioro paulatino de la calidad de vida de los españoles conduciéndonos a indeseables épocas no muy lejanas.
La inmadurez política y los resentimientos le hacen a Pedro Sánchez anteponer sus intereses particulares al interés general; intereses personales que no son otros que intentar cambiar el rumbo de su agonía política y pretender sobrevivir a un acoso y derribo dentro de su propia formación del que le va a resultar muy difícil salir victorioso por la grave crisis de liderazgo que atraviesa. Con un líder socialista maduro, responsable y con verdadero sentido de Estado, la situación se habría desbloqueado hace tiempo y ahora tendríamos un Gobierno presidido por Mariano Rajoy con plena capacidad para tomar decisiones, y las Cortes Generales estarían ejerciendo la potestad legislativa del Estado y controlando la acción del Gobierno. No se puede obviar que Mariano Rajoy, al frente del Partido Popular, ha ganado las elecciones con cincuenta y dos escaños de diferencia sobre la segunda fuerza política (PSOE), cuenta con el apoyo de 170 escaños en el Congreso de los Diputados y tiene mayoría absoluta en el Senado. Que el sr. Sánchez facilitara un Gobierno presidido por Mariano Rajoy no supondría ninguna extravagancia dentro de una normalidad democrática porque a él le han dicho los ciudadanos que debe ejercer el papel de oposición y se lo están recordando a diario la sociedad, los medios de comunicación y todos sus barones.
Estoy terminando de escribir este artículo sin conocer todavía los resultados electorales en Galicia y el País Vasco, pero me temo mucho que pase lo que pase en esos comicios autonómicos, aunque el PSOE se hundiera, como puede ocurrir sin que nos produzca extrañeza, Pedro Sánchez no dará su brazo a torcer (¡ojalá me equivoque!) volviendo a la responsabilidad y altura de miras, y se mantendrá en su agónica locura política. Abandono cualquier asomo de esperanza de que le ocurra como a don Quijote en el último capítulo de la novela y recupere la sensatez.
Pero cuidado, es capaz de cualquier cosa: “No me estoy postulando para liderar una alternativa, que quede claro”, palabras textuales de Pedro Sánchez hace escasas fechas. Mentira. Está dispuesto a todo y engañar a todos sus interlocutores y correligionarios con tal de vivir en Moncloa, aunque ponga en riesgo la unidad de España. O, tal vez, no le quede otro remedio que irse… o que le echen.
Juan-Ramón Represa Fernández, Senador del PP por Segovia